domingo, 28 de febrero de 2016

Aokigahara, el bosque de los suicidas

El bosque de Aokigahara, más conocido como Mar de árboles, alberga una extensión de 35 km cuadrados a los pies del Monte Fuji en Japón. El bosque está relacionado históricamente con demonios de la mitología japonesa, indicando que es un lugar maldito.



En el siglo XIX, las hambrunas y las enfermedades azotaban Japón y algunas de las familias más desgraciadas fueron abandonadas en el bosque hasta su muerte. Surgieron así numerosos relatos de apariciones en dicho paraje.
"Nami no Tou"
En 1960, la fama de este lugar se incrementa gracias al libro "Nami no Tou" de Seicho Matsumoto, en la que dos amantes se suicidan en el bosque.
En 1993 se publicó el manual del suicidio de Wataru Tsurumi, una guía que recomienda el bosque de Aokigahara como lugar perfecto para suicidarse.

Tras estos hechos, el bosque adquirió fama por la gran cantidad de suicidios que allí acontecieron, convirtiéndose en el lugar con más suicidios en Japón y el segundo del mundo, habiéndose hallado más de 500 cadáveres desde 1950, multiplicándose las muertes en los últimos años.
El número tan elevado de muertes ha obligado a las autoridades a colocar diferentes carteles en el bosque, tanto en japonés como en inglés, con el objetivo de hacer cambiar de opinión a aquellos que buscan acabar con su vida. Unos 300 operarios se adentran al año en este lugar para localizar cadáveres que no han sido descubiertos por los turistas y guardias.

Uno de los carteles de Aokigahara: Un momento, por favor. La vida es un precioso regalo que te dieron tus padres. No te guardes tus problemas, compártelos, busca asistencia”

Una leyenda popular sobre Aokigahara cuenta que los GPS y brújulas dejan de funcionar debido a los yacimientos de hierro magnético, produciendo así la pérdida de los visitantes.

Diversos testigos que se han acercado al bosque cuentan que sienten que son observados, que han visto sombras ocultas entre los árboles, personas que han llegado a ver cuerpos ahorcados donde después no había absolutamente nada. Otros aseguran escuchar voces que les invitan a acabar con su vida.


Una de las historias que más destaca es la de los Yūrei: Fantasmas femeninos vestidos con un kimono funerario y representados con cabello largo y negro. Aparecen de madrugada atormentando a aquellos que les ofendieron en vida, condenados a vagar eternamente debido a una muerte violenta, como el suicidio, el asesinato.
Por otro lado, deambulan por el bosque los Goryō: Espíritus vengativos que maldicen a una persona o un lugar como venganza por el daño que se les causó en vida.


Sin duda alguna es uno de los lugares más misteriosos de Japón donde se mezcla la belleza de la naturaleza con el miedo y la desesperación más profunda del ser humano.

Documental - El Bosque de los suicidas




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