lunes, 14 de septiembre de 2015

El poltergeist de Rosenheim


Año 1967, en un bufete de letrados en la calle Konigtrasse de Rosenheim (Alemania), comenzaron a ocurrir sucesos sin explicación alguna. Bombillas que estallaban solas, objetos que se balanceaban sin ayuda aparente, teléfonos que realizaban llamadas sin que persona alguna los manipulase…

Lampara balanceándose 
Todo empezó cuando los empleados comenzaron a quejarse de unos extraños ruidos que se escuchaban durante las conversaciones vía telefónica. Otras veces sonaban en su conjunto y al descolgar nadie se encontraba al otro lado de la línea. El encargado del despacho llamó a la compañía para solucionar todo ese descontrol, los técnicos no encontraron ningún desperfecto, aunque al final decidieron cambiar toda la instalación.
Al pasar unas cuantas semanas los mismos problemas volvieron a producirse, pero esta vez acompañados de grandes facturas, por lo que decidieron cambiar de compañía y junto a la centralita instalar dos contadores para registrar todas las conexiones. Los lectores de llamadas registraban números extraños, casi siempre a las primeras horas de la mañana.
Tras unas semanas Herr Adam (dueño del bufete) contó que el número fue marcado alrededor de 600 veces.

El 20 de octubre un fluorescente sufrió un apagón, al ser revisado por el electricista comprobó que el tubo se había retorcido sobre si mismo antes de fundirse. A partir de ese momento, los trabajadores del despacho sufrieron sucesos aterradores. Ruidos extraños, objetos salían disparados por las estancias, cuadros que giraban solos, cajones que se abrían sin ningún tipo de ayuda visible…

Muebles saliendo disparados
Herr Adam, que ya sospechaba que allí había algo más que un simple problema con la electricidad, solicitó los servicios del doctor Hans Bender, del Instituto de Parapsicología de la Universidad de Friburgo, junto a un equipo de de científicos y físicos de distintas especialidades, comenzaron con la investigación.
Se instaló un equipo técnico para medir los distintos cambios del voltaje y los campos magnéticos, así como medidores de niveles acústicos y cambios bruscos de temperatura entre otros... Tras el estudio, el Instituto de la Universidad de Friburgo dictaminó el siguiente informe:

1 – Los fenómenos existen, han sido observados y detectados por los instrumentos de medida.
2 – No existen alteraciones magnéticas observadas que produzcan los fenómenos.
3 – No se detecta ningún campo electrostático intenso que produjera los fenómenos.
4 – Se producen variaciones de tensión que no proceden de alteraciones de la central transformadora.
5 – No se registran fuentes ultrasónicas ni infrasónicas.
6 – No se detecta ninguna manipulación fraudulenta.
7 – Los fenómenos observados desafían las leyes conocidas.
8 – La manifestación de los fenómenos es el resultado de una fuerza aperiódica y de breve duración.
9 – Los fenómenos son dinámicos y actúan sobre las masas.
10 – Los fenómenos se manifiestan controlados por fuerzas inteligentes.

Los fenómenos continuaron durante las siguientes semanas.
La investigación de Hans Bender relacionó a una joven empleada del bufete con los fenómenos. La empleada, Anne Marie Schnabel, auxiliar administrativa, siempre se encontraba presente en el despacho cuando se desarrollaban los sucesos. La joven realizó distintas pruebas que demostraron que poseía unas capacidades psíquicas realmente espectaculares.

Anne Marie (izquierda) Herr Adam explicando los sucesos mientras un bolígrafo levita (derecha)
Anne fue despedida y los fenómenos cesaron el mismo día en el que ella abandonó el despacho.

¿Existen personas con capacidades para abrir puertas entre este mundo y otro que aún no conocemos?

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